“Oro de 24 kilates y cuánto más pese mejor”, esa era la mejor premisa que podían darte si ibas a comprar una joya para alguien y querías impresionar, así como si pretendías invertir en joyas para guardarlas durante algunos años y luego venderlas al mejor postor. Sin embargo, y aunque esta última posibilidad sigue vigente (sobre todo para blanquear dinero), la sociedad ya no pone tanto el ojo en el valor monetario de una joya, sino más bien en el valor sentimental y en lo que significa, algo que muchos de nosotros aplaudimos por fin.
De hecho, una de las pocas joyas que sigue al pie del cañón de manera generalizada es el típico anillo de matrimonio, e incluso éste ha sufrido variaciones con respecto a las modas y tendencias ya que, hoy por hoy, se venden mucho más este tipo de alianzas de boda de oro blanco que las típicas alianzas doradas de toda la vida. Es más, estas alianzas de boda de oro blanco de 18 kilates están a la orden del día y se venden más y mejor que las de 24. Y el motivo es muy sencillo: a pesar de que se sigue manteniendo la costumbre o tradición de lucir una alianza desde el día de tu boda, el valor monetario de la misma ya no tiene tanta importancia por lo que muchos jóvenes se decantan por las alianzas de oro de 18 kilates, igual de aparentes que las de 24 kilates, pero mucho más económicas. Es más, también podemos encontrar a muchísimas jóvenes parejas que optan por la plata o el acero en estos últimos tiempos.
Y es que ¿de qué sirve que nuestras joyas sean de oro macizo si no es para invertir? La mayoría de las joyas que adquirimos o nos regalan a lo largo de nuestra vida son recuerdos, productos materiales que rememoran un momento o una ocasión especial y que llevamos con nosotros hasta que dejamos de verles el sentido como ocurre, por ejemplo, con ese colgante que nos regaló nuestro ex y que al final ha quedado olvidado en un cajón porque ahora nuestro colgante favorito y nuestro mejor recuerdo es el colgante que nos regaló nuestro hijo el día de la madre.
Lo que quiero decir es que el valor de una joya ya no tiene nada que ver con el metal precioso con el que está fabricada, sino con lo que significa portar esa joya y lucirla en cualquier ambiente, o en determinados ambientes.
Debido es esto, grandes firmas que sí trabajan con metales preciosos están apostando de igual manera por la personalización sus joyas, con el fin de llegar hasta estos nuevos clientes que buscan ese recuerdo original y especial a pesar del material con el que esté fabricado el anillo, la gargantilla o la pulsera. En otras palabras, que hoy por hoy prima más el diseño y la posibilidad de personalización del mismo que el valor económico de la joya. Eso sí, lo que sigue muy vigente es la tontería de las marcas.
Y es que para muchos no es lo mismo lucir una pulsera de Pandora que una pulsera sin firma, aunque se trate de la misma pulsera fabricada con los mismos materiales, pero supongo que eso es lo normal: se cambia una moda por otra, pero siempre habrá una moda que encarezca unos productos y enriquezca a sus fabricantes.
Las joyas más vendidas
Las firmas que ahora mismo están pegando fuerte en el panorama español con las de las firmas Unode50, Pandora y, por supuesto, las reinas del acero: Lotus y Viceroy. Pero si en algo están de acuerdo todas esas marcas de joyería es que la tendencia que vende ahora está marcada por la sencillez y por el minimalismo. Atrás quedaron las joyas recargadas y los brillantes, hoy por hoy lo que se busca es una joya que dé un toque de juventud y elegancia a quien la porte, y no de realeza.
Compras online
Y algunos podrían pensar que la compra de joyería este año ha caído drásticamente con el confinamiento ¿verdad? Porque, ¿quién se va a poner a comprar joyas online en estos meses de encierro obligatorio por culpa del Covid19? Pues, aunque algunos pensemos así, la realidad es que se han vendido joyas, y muchas, por Internet,
Veamos cuáles han sido las joyas más vendidas durante el confinamiento:
- Perlas: da igual que ya las usaran nuestras abuelas porque han vuelto y pegando fuerte. Algunas con estilo vintage, otras más modernas, pero perlas al fin y al cabo. Sencillas y preparadas para adaptarse a cualquier estilo.
- Asimetría: Si antes se entendía que los pendientes debían ser iguales ahora la cosa cambia. La asimetría está de moda y hasta Balenciaga la ha incorporado en sus diseños. En su colección de verano podemos ver varios modelos de pendientes asimétricos que combinan entre sí pero que no son iguales.
- Charms: pequeños motivos divertidos que en teoría atraen la buena suerte y que pueden revelar tu personalidad pues hay charms inspirados en todo tipo de profesiones, películas o hobbies.
- Iniciales: también han vuelto pegando fuerte y parece que se van a quedar una buena temporada con nosotros. Las iniciales se portan ahora en colgantes, pulseras y pendientes indistintamente. Puedes llevar tu propia inicial, la de tu pareja o la de tus hijos.
- Street style: que hablando de joyas viene a señalar a todas aquellas que recuerdan un poco al estilo del Bronx neoyorquino y de la Europa más moderna: collares de eslabones, pulseras anchas y llamativas, etc.
- Formato XL: y del mismo modo en el que predomina la sencillez en las formas y adornos de la joya, prima el gran tamaño. Por ejemplo, es más sencillo vez unos pendientes lisos, sin brillantes y sencillos en tamaño XL que unos pendientes pequeños llenos de detalles y algo recargados.
- Aros: este es un clásico que nunca pasa de moda, tanto en pendientes como en pulseras los aros siempre estarán ahí.
- Motivos marinos: y ahora que llega el verano llegan también las joyas con motivos marinos, desde piedras que imitan el coral hasta conchas o caballitos de mar.
¿Y tú, por qué tipo de joyería te decantas?