EstĆ” claro que no podemos volver a paralizar un paĆs durante meses, asĆ como tampoco podemos paralizar la educación de nuestros hijos, ni prĆ”cticamente ningĆŗn sector de nuestra sociedad pero Āæcómo narices vamos a poner todo en marcha este septiembre evitando que todo estalle de nuevo? Yo no tengo nada claro, y tampoco pretendo tener la respuesta porque ni soy experta ni lo serĆ© jamĆ”s, pero por mĆ”s que leo en los medios de comunicación los planes del Gobierno, y los planes de educación para con los centros educativos no entiendo cómo van a evitar contagios en masa.
Una amiga mĆa, maestra y psicopedagoga, tampoco lo entiende mucho. Asegura que es obvio que hay que retomar las clases en septiembre, tanto por los estudiantes (sean de la edad que sean) como por los padres de los niƱos que no tienen cómo compaginar su vida laboral con el cuidado de los pequeƱos en casa, pero tal y como se plantea todo lo ve inviable.
Por un lado, el mero hecho de volver a juntar a tantos niños en un mismo entorno va a traer condigo el inicio de nuevos rebrotes, pero eso es normal. Aunque supongamos que se cumplen las medidas de las que hablan y hay 15 niños por aula con mascarilla puesta, a la hora del recreo ¿cómo pretenden vigilar a todos? ¿Van a salir a jugar al patio por turnos? ¿A comerse el almuerzo de dos en dos? ¿Van a vigilar que todos y cada uno de los cientos de niños mayores de 6 años que vayan a la escuela porte la mascarilla en todo momento? Eso es imposible, y los niños son niños y no se les puede culpar de quitÔrsela si, en un momento dado, tienen 8 años y les molesta. Es normal ¿no?
Eso significa que, por aula, son 15 familias expuestas, familias que como mĆnimo incluyen padres, hermanos del niƱo y abuelos. Luego, cada familia tiene su circunstancia obviamente, y algunas son de tres miembros y otras de 7 miembros, algunos niƱos venaĀ sus primos casi a diario y otros tardan semanas en verlos, o meses, pero de forma generalizada hablamos de 15 familias expuestas entre sĆ a partir de septiembre.
Hay quien dice que no ocurrirĆ”, que se controlarĆ” haciendo descansos para salir al patio por turnos para que, por lo menos, los niƱos de un aula no se mezclen con los niƱos de otro aula y delimitar un poco los contactos pero ĀæquĆ© pasarĆ” el dĆa que un profesor se ponga enfermo? ĀæTendrĆ”n que hacer tests PCR al resto de profesores y a todos los niƱos de las aulas donde ese profesor imparta clase? ĀæLos pondrĆ”n en cuarentena?
ĀæY quĆ© me decĆs de los materiales que se suelen compartir en el aula? Ya no hablo de que los niƱos no compartan lĆ”pices o gomas de borrar, sino de materiales de la escuela como, en clase de ciencias, un microscopio. Si los profesores tienen que limitarse a explicar sus temarios poniendo trabas tambiĆ©n este tema Āæcómo de completa va a ser la educación que reciban nuestros hijos?
El colegio Madre de Dios Ikastetxea lleva desde antes de las vacaciones de verano trabajando en este sentido y estÔn de acuerdo en que la reducción del ratio de alumnos por aula, la salida escalonada al recreo y la obligatoriedad de no compartir ningún material son las mejores medidas a tomar pero reconocen que va a ser muy complicado evitar los brotes en todos los colegios españoles.
Algunos consejos de expertos
Tal y como he podido leer en diversos medios online, los expertos tienen algunas ideas para evitar contagios, aunque al igual que hacen en el Madre de Dios Ikastetxea, reconocen que no son infalibles por varios motivos pero, el principal, porque hablamos de niƱos.
Y es que los niƱos pueden tener una educación excelente y ser muy concienzudos en sus acciones pero se a un niƱo pequeƱo se le escapa la pelota con 5 aƱos en el parque, lo mĆ”s probable es que salga corriendo detrĆ”s de ella aunque sus padres le hayan dicho mil veces que no debe hacerlo para evitar un posible atropello. Los niƱos son espontĆ”neos y muchos de ellos no piensan, ni conocen, las consecuencias de sus actos. No se trata de que quieran desobedecernos, es que se les āolvidaā obedecernos.
Pensad en un niño de tres años al que acabas de decirle que no puede levantarse de la mesa aún porque no ha acabado toda la familia de comer. Probablemente intentarÔ hacerte caso pero si hablando con su hermano se le cruza por la cabeza la idea de ir a su habitación para traer un juguete, o un dibujo, saldrÔ disparado hacia allà sin ser consciente de que te estÔ desobedeciendo porque el impulso de hacer algo que se le ha ocurrido es mÔs grande en su cerebro que la parte racional que le dice que debe esperar sentado porque es lo que le he ha dicho su madre. En otras palabras, se le olvidarÔ obedecerte.
Y esto no significa que sea un maleducado, o un olvidadizo, es que su cerebro es asĆ, sin mĆ”s. Lógicamente con el tiempo eso va cambiando y el niƱo que se levanta de la mesa con 8 aƱos lo hace porque te estĆ” retando, y desobedeciendo, pero no ocurre lo mismo con los niƱos mĆ”s pequeƱos asĆ que Āæcómo vamos a conseguir que cumplan todas las medidas de seguridad bĆ”sicas y que no olviden que no pueden tocar a sus compaƱeros, o acercarse demasiado a ellos, mientras realizan alguna actividad? AdemĆ”s, hay que tener en cuenta que hasta los 6 aƱos no es recomendable el uso de mascarilla asĆ que lo mĆ”s lógico es que no la lleven en clase tampoco.
No obstante, ahĆ van algunos consejos que he recopilado en Internet:
- Instalación y uso de taquillas individuales: si cada niƱo deja sus pertenencias en su propia taquilla, de uso personal, no deberĆa haber motivo por el que cruzar materiales, o equivocar libros, o incluso olvidarlo en casa y tener que compartir pupitre con un compaƱero para tener acceso a esa lección en el libro. Los profesionales de Taquicel, especialistas en taquillas escolares aseguran que el desembolso económico para los colegios e institutos no serĆa tan grande como algunos piensan e incluso existe la posibilidad de alquilarlas el tiempo que sea necesario Ćŗnicamente.
- Actividades individuales y grupales a distancia: los juegos de los mĆ”s pequeƱos, y las actividades lĆŗdicas grupales de los mĆ”s mayores, han de llevarse a cabo con la distancia de seguridad mĆnima entre ellos lo que implica adaptar esos juegos y actividades a la situación actual. Todo es posible con algo de creatividad.
- Nada de compartir almuerzo: si un niƱo olvida su almuerzo en casa, me temo que tendrƔ que aguantar hasta la hora de comer. Compartir un almuerzo ahora mismo no es algo demasiado inteligente por lo que hay que inculcar esto en nuestros hijos.
- Ante un constipado o proceso gripal, aunque curse sin fiebre, el niƱo deberƔ quedarse en casa: da igual que no estƩ enfermo de Covis19 porque aunque sea un simple resfriado lo normal es que estornude o tosa y, sin querer, acabe repartiendo su ADN por toda el aula. En esos casos, es mejor que los niƱos se queden en casa hasta estar mejor.
- Uso de antihistamĆnicos para alĆ©rgicos: por el mismo motivo serĆa muy buena idea que los niƱos no olvidarĆ”n tomar sus antihistamĆnicos si el mĆ©dicos se los ha recomendado.
Y por supuesto, el resto de normas de prevención que dictamine el Ministerio de Educación para todos los colegios, públicos, concertados o privados.
ĀæSerĆ” posible evitar nuevos rebrotes en septiembre?