La salud a nivel físico y mental puede dar un cambio cuando nuestros mayores ingresan en una residencia de ancianos, tanto si es en régimen de residencia como si es en un apartamento tutelado. Al final se les saca del que era su hábitat natural, por lo que queremos hablar de ello.
En el momento en que una persona procede a ingresar en una residencia geriátrica, tanto si es por iniciativa propia como si ha sido porque los familiares han insistido, hay una serie de cambios en su rutina diaria que hace que deba adaptarse, lo que en ocasiones puede llegar a ser complicado.
Las residencias lo saben, por lo que cuentan con un protocolo de acogida, que no son sino una serie de instrucciones que ponen los profesionales del centro, que saben todos los empleados y que valen para ponérselo más fácil a los recién llegados.
La persona mayor es consciente de lo que pasa, es importante que entienda y asuma la decisión de ir a vivir a una residencia, un paso importante y que comporta una serie de cambios. Si se quiere que todo vaya bien, es altamente recomendable que la persona y los familiares visiten el centro, hablen con la dirección, profesionales e incluso alguno de los residentes si es posible.
Los expertos dicen que los cambios en las costumbres de vida son mejor asumidas cuando no se ven como algo impuesto, por lo que es mejor que las personas las conozcan de antemano y puedan elegir.
Elegir una buena residencia
Las residencias en nuestro país cada vez van teniendo más nivel y ofreciendo más alternativas. Buscando residencia para mi tío que estaba viudo y sin hijos, vimos en los apartamentos tutelados una opción de lo más interesante. Buscando en internet centros en Madrid donde vivía mi tío, nos informamos en San Vital para saber más específicamente en qué consiste el régimen de los mayores en este tipo de pisos en residencias. Mi tío es perfectamente autónomo y se encuentra bien de salud, por lo que una vez evaluado su caso se produjo su ingreso.
En España han sido pioneros en los apartamentos tutelados, que son una alternativa bastante interesante a la hora de dar opciones de independencia a nuestros mayores, ya que han trabajado en el confort de los ancianos que residen en ella, pues si son autónomos y están bien de salud pueden vivir en ellos, que es vivir de forma más independiente, pero monitorizados por la residencia.
Cuando es más complicado es cuando los mayores tienen demencia y por lo tanto no pueden decidir por él mismo. Aquí el cambiar de sitio donde vive y de sus costumbres, es algo que le puede producir mucho estrés, por lo que en estos casos se requiere una atención especial, tanto del personal de la residencia como del apoyo de la propia familia.
Suele ocurrir que los profesionales se sienten responsables de tomar la decisión de ingresar a su ser querido por este sentimiento es posible que ponga más interés en que se le cuide adecuadamente y que esté cómodo.
¿Qué documentos de importancia se rellenan en los primeros días cuando una persona ingresa en una residencia:
- El expediente de ingreso: en este expediente está la copia del contrato, un informe médico de ingreso, las comunicaciones del juzgado, en caso de que sean precisas porque la persona tenga una demencia que impida que pueda ingresar, así como una copia de los seguros que tenga contratada la persona mayor y de los que deberá tener conocimiento el centro como tal.
- El programa individual de atención: es un documento que lo redactan una serie de profesionales de la residencia de ancianos y donde se analiza y explican las capacidad que sigue manteniendo la persona mayor y que debe potenciar para que no se pierdan y qué capacidades han perdido, pero podría intentar trabajarlas. Lo mejor es que la persona mayor participe en la redacción del mismo y en caso de que no pueda, que participe la familia.
Historia de vida
Existen bastantes residencias que piensan que para conocer la historia de vida de los ancianos que ingresan en su residencia deben dar una atención personalizada e integral que se centre en la persona, siendo un documento que perseguirá el saber los gustos, aficiones, costumbres y demás de la persona, así como conocer la trayectoria que ha tenido durante su vida.
Todos somos únicos y la atención debe ser conforme a ello. Si la residencia en la que ingresamos funciona con esta herramienta, es buena idea dedicar tiempo y aportar todo lo que pueda ser de utilidad, especialmente cuando la persona mayor no puede acordarse de muchas cosas.
Como ves, las residencias tienen un papel muy importante para el mayor y en el futuro esto no va a dejar de aumentar, pues cada vez vivimos mas años.