La tramitación de una herencia puede ser un proceso complejo y emocionalmente desgastante. Ante la pérdida de un ser querido, la familia a menudo se enfrenta no solo al dolor de la pérdida, sino también a una serie de decisiones y gestiones legales que deben realizarse en un tiempo limitado. En este contexto, contar con un gestor especializado en herencias puede marcar la diferencia entre un proceso fluido y uno lleno de complicaciones y estrés.
Una de las principales razones por las que es fundamental contar con un gestor al tramitar una herencia es su conocimiento de la legislación vigente. Cada país, y en algunos casos cada comunidad autónoma, tiene sus propias leyes sobre herencias, lo que puede complicar la situación para quienes no están familiarizados con la normativa. Un gestor está al tanto de las obligaciones fiscales, los derechos de los herederos y los plazos que deben cumplirse, evitando así errores que podrían tener consecuencias legales o económicas significativas. La fiscalidad en herencias, como el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones en España, requiere una comprensión precisa de los valores a declarar y de las reducciones o bonificaciones que pueden aplicarse. Un gestor no solo se asegura de que estos aspectos se manejen adecuadamente, sino que también puede optimizar la carga fiscal para los herederos.
Además, la gestión de una herencia implica una serie de trámites que pueden resultar abrumadores en un momento de duelo. Desde la obtención de certificados de defunción hasta la realización de declaraciones de la renta o la liquidación de deudas del fallecido, cada paso requiere atención y organización. Un gestor se encarga de coordinar todos estos procedimientos, lo que permite a los herederos centrarse en lo que realmente importa: el proceso de duelo y el apoyo emocional entre ellos. Esta delegación de responsabilidades puede ser fundamental para mantener la armonía familiar en un momento crítico, ya que las discusiones sobre la herencia pueden tensar las relaciones si no se manejan adecuadamente.
La importancia de un gestor también se refleja en su capacidad para mediar en conflictos familiares que pueden surgir en el proceso de sucesión, tal y como nos recuerdan desde tfs Abogados & Asesores, quienes nos indican que las diferencias de opinión sobre la distribución de los bienes o la gestión de los activos pueden dar lugar a tensiones que, si no se gestionan adecuadamente, pueden llevar a enfrentamientos legales. Un gestor actúa como intermediario, facilitando la comunicación y ayudando a encontrar soluciones que sean satisfactorias para todas las partes implicadas. Esta función de mediación no solo ayuda a resolver disputas, sino que también contribuye a preservar el legado emocional del fallecido, evitando que las relaciones familiares se deterioren.
Asimismo, el gestor puede brindar asesoramiento sobre la mejor manera de gestionar los activos heredados. En muchos casos, los herederos pueden no estar familiarizados con el valor de ciertos bienes, su mantenimiento o las implicaciones de su venta. Un gestor con experiencia puede ofrecer una evaluación adecuada de los activos y ayudar a los herederos a tomar decisiones informadas sobre la venta, alquiler o uso de dichos bienes. Esto es especialmente relevante en herencias que incluyen propiedades inmobiliarias, acciones o negocios, donde la gestión adecuada puede influir significativamente en el patrimonio final de los herederos.
A mayores, es importante mencionar que la contratación de un gestor especializado en herencias puede tener un impacto positivo en el tiempo que se tarda en completar el proceso. Al contar con alguien que sepa exactamente qué pasos seguir y cómo llevarlos a cabo de manera eficiente, los herederos pueden evitar demoras innecesarias y resolver la sucesión en un tiempo razonable. Esto no solo minimiza el estrés emocional, sino que también permite a los herederos comenzar a avanzar en sus vidas con la menor interrupción posible.
¿Cuántas herencias se tramitan al año en nuestro país?
En España, el número de herencias tramitadas ha mostrado un patrón interesante en los últimos años. En 2022, se registraron aproximadamente 356.705 herencias, una cifra que representa una ligera disminución en comparación con las 365.897 herencias de 2021. Este descenso puede interpretarse como una normalización después del aumento significativo en el volumen de herencias que se produjo durante la pandemia de COVID-19, cuando muchas personas se vieron obligadas a realizar trámites de herencia de forma más urgente.
Un aspecto importante por considerar es el alto porcentaje de renuncias a herencias. En el mismo año 2022, alrededor del 15,6% de las sucesiones fueron rechazadas, lo que se debe a diversos factores, como la carga de deudas asociadas a la herencia. Esto indica que, aunque hay un número considerable de herencias tramitadas, también hay un número significativo de personas que optan por renunciar a ellas, a menudo debido a la falta de liquidez para hacer frente a las obligaciones fiscales y las deudas del fallecido.