Efectos de la deshidratación sobre la salud

El agua es el principal componente del cuerpo y el más abundante. Se estima que el 70 % del peso corporal es agua, si bien este porcentaje varía en función de la edad y sexo, por ejemplo, los recién nacidos tienen entre 70 y un 80 % de agua, esta cantidad baja a un 50-65 % en la etapa adulta y desciende a un 50 % en la vejez. Por ello es tan importante la hidratación y la deshidratación. Por deshidratación se entiende la pérdida excesiva de líquidos en el cuerpo, respecto a los que ingiere, lo que da lugar a que en el organismo se produzca un fuerte desequilibrio en el que no dispone de la suficiente cantidad de líquidos para realizar sus funciones vitales. 

El cuerpo humano pierde líquidos cada día a través de diferentes vías como pueden ser:

  • La orina. Se estima que a lo largo del día eliminamos 1,5 litros de agua por la orina,
  • El sudor. A través de la piel eliminamos el sudor mediante las glándulas sudoríparas, cuya función es la de enfriar el cuerpo mediante la evaporación del agua. 
  • Diarreas. Es importante cuidar la ingesta de alimentos en condiciones diarreicas, pues pueden provocar una importante deshidratación.
  • Vómitos. Unos vómitos intensos y continuos provocan una pérdida rápida de agua, ya que es difícil restaurar la hidratación mediante la ingesta de líquidos 
  • Fiebre o Insolación. El aumento de la temperatura corporal requiere una mayor cantidad de líquidos para mantener un funcionamiento adecuado del organismo. 
  • Respiración.

Esta pérdida de agua en el organismo debe ser repuesta, para ello pone en marcha el mecanismo de la sed que el indica al cuerpo que debe beber cuando el contenido de agua del organismo se reduce. En condiciones normales el cuerpo pierde y debe reponer 1,5 y 2 litros de líquidos al día, entendiendo por líquidos caldos, sopas, zumos de fruta, infusiones, y por supuesto el agua. Así, si vosotros queréis beber y hacerlo con estilo, nosotros os recomendamos los vasos de Giona Company, una empresa que se dedica al diseño y comercialización de productos para el sector de bebidas, hostelería y catering, como copas, vasos, cubiteras, dispensadores o decantadores de vino… 

Los principales signos y síntomas de padecer una deshidratación son:

  • Sensación de cansancio, fatiga.
  • Somnolencia, mareos, debilidad. 
  • Dolor de cabeza.
  • Mucha sed, sequedad de boca.
  • Tensión arterial baja 
  • Piel seca con falta de elasticidad.
  • Contracturas musculares, calambres.
  • Convulsiones. 

Y en los casos más graves, en los que puede representar un peligro para la vida, la sintomatología pasa por una sed extrema, desorientación o confusión, fiebre, incapacidad para sudar, orinar o producir lágrimas…

Todas las personas, por diferentes motivos, pueden llegar a deshidratarse, pero las que tienen que tienen un mayor porcentaje de riesgo son:

  • Los bebés y niños. Ya que necesitan una mayor cantidad de agua en su organismo. La diarrea junto con los vómitos o la realización de ejercicio físico son las principales causas de la deshidratación infantil, estimándose que la diarrea es la responsable del 54 % de la mortalidad infantil en el mundo.  
  • Personas mayores. Una disminución del estímulo de la sed, junto con una disminución de las funciones renales, están detrás de la deshidratación en la vejez, en la que sus síntomas a veces no se aprecian hasta que el proceso está muy avanzado. 
  • Enfermedades crónicas. Ciertas afecciones influyen en la capacidad del cuerpo para mantenerse suficientemente hidratado, como por ejemplo la toma de diuréticos, personas con tratamientos de quimioterapia o radioterapia, etc.
  • Personas que trabajan al aire libre. Existen muchas personas cuya actividad laboral, como agricultores, albañiles, pescadores, etc. exige un gran esfuerzo y que, además, en ocasiones, se debe desarrollar en unas condiciones ambientales extremas y duras, de un gran calor o de frio intenso, por ello se deben extremar las precauciones e hidratarse adecuadamente. 

La diarrea en el bebé

Se entiende por diarrea el aumento de deposiciones diarias con una consistencia más liquida y blanda de lo habitual, que en el bebé puede ser frecuente. La mayoría de las veces no suele durar mucho y mejora por sí sola, su consecuencia más grave puede ser la deshidratación, sobre todo si va acompañada de vómitos. 

Es importante consultar con el pediatra si la diarrea dura más de dos o tres días, si el bebé rechaza la alimentación y los líquidos, si tiene fiebre, si tiene síntomas de deshidratación…

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