Microbiota oral: entre la salud y la enfermedad

En los últimos años, está muy de moda hablar de la microbiota y como favorecer que esta se encuentre equilibrada. Se entiende de todo lo relacionado con la microbiota que se considera una parte del organismo, esencial para mantener un equilibrio óptimo de sus funciones vitales y gozar de un buen estado de salud. Esta comunidad microbiana presente en el intestino delgado en gran medida y en la cavidad oral, como segundo lugar más importante, es la cuna de la diversidad microbiana. Además, la cavidad oral, es la primera línea de entrada de cierto tipo de bacterias, por lo que conviene saber en qué medida pueden alterar el equilibrio. Esa fina línea entre la salud y la enfermedad más allá de la cavidad oral.

Si nos ceñimos a cuestiones de salud oral, esta depende en gran medida de que exista un equilibrio de lo más complejo entre los microorganismo que trabajan para proteger dientes y encías. Este conjunto de bacterias, hongos y demás microorganismos, componen la denominada microbiota oral. Este ecosistema, es un excelente aliado para cuidar de nuestra boca, lo que repercute de forma directa en la salud general.

Basta con pensar en la grandísima comunidad de bacterias que habitan en la boca, para intuir que se trata de algo verdaderamente esencial. Resulta fascinante tener el conocimiento de que se han identificado nada menos que mil especies diferentes que se organizan en nueve grupos. Parece increíble que eso sea contando solo en nuestra cavidad oral. Aunque nos recuerdan desde ZM Centro de Odontología Avanzada que la mayoría de ellas, son inocuas y no provocan enfermedades en las personas sanas. Aun así, pueden causar problemas cuando la persona está afectada por alguna dolencia o tiene un tratamiento médico inmunosupresor, por ejemplo.

En condiciones óptimas de salud, los cientos de patógenos registrados, tienen una inferior representación en la cavidad oral y suelen estar controladas por toda la comunidad bacteriana. De hecho, cuando se tiene buena salud, los microbios orales y las células huésped, se comunican y encuentran en perfecto equilibrio, creando un entorno adecuado para promover la salud general.

Microbiota e inflamación

Los hallazgos más recientes, dejan claro que contar con una microbiota equilibrada, contribuye en gran medida a prevenir la inflamación del cuerpo, no solo de la boca. Tanto pulmones como intestino, tejidos y otros órganos se benefician del equilibrio de esta comunidad microbiana. Las alteraciones de la microbiota oral, que se producen a causa de enfermedades gingivales, se han relacionado con las dolencias inflamatorias del tipo de la enfermedad inflamatoria intestinal o el cáncer de colon.

Tanto los dientes como la saliva, la mucosa, el paladar, el surco gingival, las amígdalas, garganta y labios, son hábitats microbianos. No obstante, la mayoría de las bacterias que habitan en la cavidad oral, vive en la lengua, sobre todo en la parte posterior. Por lo que se considera como un punto importante a la hora de mantener una buena salud bucal, ya que puede albergar en ella, todo tipo de bacterias patógenas periodontales que originan enfermedades gingivales.

Esta zona en particular, reúne unas condiciones físico-químicas únicas que modulan de forma adecuada la composición bacteriana. Una de ellas, es que tiene una menor cantidad de oxígeno, similar a la que muestra el tracto colorrectal. La saliva, transporta los nutrientes de los alimentos que nutren a las bacterias, ayudando a mantener estables los niveles de las que se encuentran implicadas en la salud.

Son numerosos los estudios que ponen en relieve que la disbiosis oral, pude originarse de la concurrencia de células microbianas asociadas y situadas en el dorso de la lengua. En este lugar, el número de patógenos supera el límite fisiológico, a causa de los malos hábitos alimentarios del huésped, en este caso, el humano que come todo lo que no debe.

Dichos estudios, muestran que el recubrimiento de la lengua, se relaciona con un estado de disbiosis, puesto que están directamente relacionados con cambios en la estructura y la composición de la biopelícula bacteriana. Este recubrimiento puede variar en su aspecto o grosor, siendo un indicador de la salud.

Ante la presenta de la citada disbiosis en la cavidad oral, el microbioma, produce más compuestos como las peptidasas o moléculas como endotoxinas y leucotoxinas. Este tipo de compuestos, pueden alterar el sistema inmunitario y la respuesta inflamatoria. A su vez, la saliva presente en la lengua, libera bacterias de diferente tipo que, se extienden por la boca, la región periodontal y otros órganos. Siendo así, conservar el equilibrio entre los efectos beneficiosos dañinos producidos por las bacterias, es fundamental para gozar de una buena salud.

Evidentemente y como es fácil comprender, la boca es la puerta de entrada al organismo de todo lo que ingerimos y por tanto los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo de las funciones del organismo. Si esta parte del cuerpo y su microbiota, se ven alterados de algún modo, es inevitable que se extienda en mayor o menor medida a todo el organismo.

Como se propagan las bacterias de la boca

Podemos decir que los patógenos de la boca y las bacterias comensales, pueden llegar a otras partes del organismo de diversas formas. No obstante, el eje boca intestino es la forma más común de que ese viaje por el organismo, se produzca. Tanto el microbioma oral como el intestinal, se encuentran interconectados y, debido a esta conexión, es posible comprender el efecto que la salud oral, tiene sobre la salud en general. El intestino, a su vez, es también perfectamente capaz de facilitar esa propagación de patógenos orales por todo el organismo. Basta con conocer el papel que juega en la descomposición y traslado de los nutrientes.

Por otro lado, existe otra vía de traslado de estos microorganismos, en este caso, se trata de la presencia transitoria de las bacterias en la sangre (bacteriemia).  Este proceso silencioso, consiste en que las bacterias entren en el torrente sanguíneo de forma temporal. Puede producirse tras realizar determinadas acciones de higiene dental o procedimientos médicos que alteran la mucosa. De esta manera se posibilita la entrada de bacterias o toxinas al torrente sanguíneo.

Muchas de las bacterias que se originan en la boca, están asociadas a numerosas enfermedades de carácter sistémico. Los patógenos periodontales, pueden migrar de la lengua a la saliva y la corriente sanguínea, pasando por los tejidos orales inflamados, exacerbando la aparición de diferentes enfermedades degenerativas como puede ser la periodontitis crónica, la ateroesclerosis, cardiopatías, artritis reumatoide, Alzheimer o cáncer de colon.

Teniendo esto claro, la ciencia se ha encargado de estudiar las opciones y respalda algunas formas para prevenir y tratar la disbiosis oral. Entre estas medidas preventivas, podemos señalar la importancia de mantener buenas prácticas de higiene oral. Siempre se dice, y lo vamos a repetir, que es fundamental el cepillado habitual, usar hilo dental, controlar el recubrimiento de la lengua y acudir al dentista. Las limpiezas y tratamientos profesionales son parte esencial para mantener una buena salud oral y, por ende, sistémica.

Efectuar los cambios necesarios en lo que al estilo de vida respecta, es otra de las medidas preventivas más eficaces. Dejar de fumar, gestionar el estrés de forma adecuada y, por supuesto, seguir una dieta saludable y libre de tóxicos, ayuda a mantener el equilibrio del microbioma, oral e intestinal.

No podemos continuar sin mencionar la importancia de los probióticos. En el caso de que se produzcan señales de disbiosis, como puede ser la halitosis, tomar probióticos orales específicos, proporciona beneficios. Algunos probióticos, previenen la halitosis, mantienen un equilibrio saludable del microbioma y ayuda a controlar las bacterias dañinas que se implican en la enfermedad gingival.

En conclusión, la evidente conexión entre las bacterias orales y las dolencias sistémicas que se pueden padecer, ponen de manifiesto, la importancia de tener un cuidado bucodental completo. Gozar de una buena salud oral, repercute directamente en la salud general. Abordar en primera instancia las enfermedades orales, evitarlas y mantener unas buenas prácticas de higiene bucodental, posibilita la reducción del riesgo existente en el desarrollo de diversas enfermedades degenerativas sistémicas.

Las funciones vitales que realiza la microbiota oral, ayudan en la prevención del crecimiento de las bacterias responsables de la caries o la enfermedad periodontal. Al mismo tiempo, las enzimas que se producen por la microbiota, inician el proceso de digestión, encargándose de la descomposición de los carbohidratos complejos. Así mismo, interactúa con el sistema inmunológico y ayuda al organismo a reconocer y combatir todo tipo de patógenos que pueden resultar dañinos.

Gracias a los hallazgos sobre la microbiota, se ha producido un cambio en la concepción de la medicina actual. Lo que ha dado como resultado un giro hacia un cuidado personalizado de la salud, con un enfoque holístico que permite que el organismo se considere como un todo en el que influyen factores genéticos y ambientales. Puesto que hoy sabemos que la salud, depende en gran medida de la salud bucodental y esta, a su vez, está condicionada por la microbiota, cuidar de la cavidad oral y mantener el equilibrio de la misma es fundamental. Si el equilibrio de la microbiota oral se mantiene, el resto del organismo, funcionará adecuadamente y libre de enfermedades.

 

 

 

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