Las noticias que se escuchan desde el pasado mes de marzo 2020 no son nada buenas. Es cierto que ya se hablaba de que venía une generación perdida que viviría peor que la de sus padres. Algo que no se veía algo así desde hace muchos años. Y claro, ahora con la pandemia todo se ha magnificado. Hay ciertos datos que invitan a ser muy poco optimista con el futuro. Unos datos que no nos extrañan nada.
Según los datos actualizados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 55% de los menores de 30 años terminaron el ejercicio residiendo todavía en casa de sus padres. Y luego está el dato del paro que es demoledor. La tasa de desempleo de España escaló el pasado mes de febrero del 16 al 16,1%, confirmado su posición al frente de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuya tasa media se redujo, en cambio del 6,8% al 6,7%, aunque se sitúa aún 1,4 puntos porcentuales por encima del ratio prepandemia.
Y ante estos datos, ¿qué hacer? Pues está claro que puedes quedarte en casa y llorar. O bien, tienes que ponerte las pilas y asesorarte. Por eso, ahora más que nunca cobra mucha importancia de la formación. Si ya de por sí es complicado encontrar trabajo, ahora lo será más si no estás preparado. Por eso hay que asesorarse bien y para eso está bien acudir a centros especializados, como es el caso de la Academia Elipa.
En Bachillerato
El trabajo de las clases de apoyo para bachillerato que hacen en esta academia se centra en que los alumnos adquieran suficiente destreza para manejar todo lo que han aprendido en los cursos anteriores, y puedan hacer frente al ritmo de la nueva etapa de manera adecuada. Tener un método de trabajo eficaz es imprescindible para gestionar los conocimientos, recursos, estrategias y el resto del bagaje. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que la estructura en la que se incorporan todos estos componentes pueda ir creciendo de manera sólida, para asentar lo que se sabe y seguir incorporando nuevas facetas que van a ser necesarias en adelante.
Y ahora vamos con los tres pilares sobre los que se deben hacer los pisos de un futuro.
Orden
El alumno debe tener claro cómo comenzar a desarrollar cualquier ejercicio, cómo seguir hasta la solución y cómo aprovechar después lo que ha aprendido. Los ejercicios no pueden ser ya un simple “trámite”, sino parte del aprendizaje, que debe mostrar un carácter fundamentalmente práctico.
Seguridad
Parte de los recursos consisten en la consulta de ejercicios resueltos o en el uso de aplicaciones tecnológicas diseñadas para ese fin. Estas nuevas posibilidades aumentan la efectividad del trabajo, mostrando un panorama más amplio de los ejercicios, que el alumno poco a poco debe ir asimilando como propios.
Afianzamiento
El temario en esta etapa se integra en un panorama más amplio. Las referencias a estudios superiores es constante, y al mismo tiempo deben tenerse presentes los conocimientos básicos que se manejan desde años atrás. Se debe incorporar todo ello en un esquema general de forma que se refuerce la jerarquía de las diferentes facetas.
Cómo son las clases
Habitualmente, para un seguimiento efectivo suele ser suficiente una clase por semana, que puede tener una duración de entre una y dos horas, dependiendo de la disponibilidad del alumno y de su agenda particular. En segundo de bachillerato, el panorama académico es bastante profuso y conviene tener en cuenta que el curso es más corto que los anteriores, lo cual tiende a reforzar la impresión de “aceleración” que caracteriza a esta etapa.
También es importante aportar nuevos recursos y aprender a utilizarlos como una parte más del método de trabajo. Igualmente, los contenidos y ejercicios que aparecen en diferentes asignaturas deben detectarse como partes de un mismo tema, en lugar de ser tomados como ejercicios distintos con métodos de resolución que no tienen que ver entre sí.
Y así es como se pueden poner los cimientos para poder hacer un importante trabajo de futuro. Bachillerato es un paso donde se debe conseguir que el alumno pase a tener una actitud fundamentalmente activa, práctica, y que el aprendizaje en esta etapa sea el preludio de una forma “profesional” de seguir aprendiendo, en consonancia con los estudios siguientes. Los jóvenes si se preparan tienen que estar tranquilos, porque el futuro seguirá siendo sueño.