Cómo la decoración puede hacer que te vuelvas a enamorar de tu casa.

Salón redecorado

Lo dicen los psicólogos y también los interioristas. Un cambio en la decoración de tu casa puede hacer que te vuelvas a ilusionar con ella. Que quieras pasar más tiempo dentro. No se trata de transformarla radicalmente, pero sí de hacerlo con cabeza. Te lo explicamos a continuación.

La rutina es uno de los mayores venenos de la vida. Ver todo siempre de la misma manera hace que cosas, que fueron importantes en un momento dado, pierdan su interés. Sucede con una relación sentimental, con un trabajo y, por supuesto, con tu casa.

La neuro-científica Tali Sharot, autora del best sellers “El poder de redescubrir que las cosas ya estaban allí” comenta a la revista GQ que esta es una respuesta, hasta cierto punto, natural. Habituarnos a algo va en contra del instinto de supervivencia.

Acomodarnos en nuestra zona de confort y permanecer en ella agazapado, durante mucho tiempo, nos vuelve vulnerables. Cualquier amenaza nos deja desarmados. Los cambios, por el contrario, estimulan nuestros sentidos y activan nuestras capacidades para hacer frente a los desafíos. Algo que necesitamos para sobrevivir.

La rutina no es que nos genere un rechazo visceral. No es una señal que de forma automática nos coloca en alerta, pero sí crea en nosotros una sensación de letargo, una apatía, un aburrimiento que termina carcomiéndonos por dentro.

Sucede en muchos, por no decir, en todos los aspectos de la vida. Y por supuesto, en nuestro hogar. Sebastián Bayona, director de Bayeltecnics, un reputado estudio de decoración e interiorismo de Barcelona, creado en el 2005, opina que transformar la decoración del hogar, cuando pensamos que la vivienda no da más de sí, puede hacer que nos volvamos a enamorar de ella.

Trucos para matar el aburrimiento de tu casa.

En este sentido, la revista de decoración Livitum nos presenta una serie de trucos, fáciles de llevar a delante, para romper ese hastío que nos produce una casa que no cambia en años. Estos son algunos de ellos:

  • Cambiar los cojines y la ropa de cama. Colocar sobre el sofá unos cojines con diseños llamativos o vestir nuestra cama con sábanas y edredones de colores vistosos introducen un estímulo visual que rompe la monotonía.
  • Cambiar el tapizado del sofá. Tapizar el sofá donde nos sentamos todas las noches a ver la televisión introduce un aspecto novedoso en un mueble que utilizamos habitualmente.
  • Coloca plantas dentro de casa. Las plantas son un ser vivo y, por tanto, nos aportan vitalidad. Percibimos que las cosas están en movimiento. Por su follaje, nos dan un toque de frescura que vuelve más confortable el hogar. El único problema de las plantas es que requieren que les prestemos atención, pero eso no es malo, no hace sentirnos útiles.
  • Añade velas para crear ambientes acogedores. Aunque utilizamos la luz eléctrica para iluminarnos, las velas continúan potenciando ese aspecto de espacio íntimo, reservado, que nos hacen sentirnos a gusto. Que permite desnudar nuestro interior.
  • Sorprende con asimetrías y números impares. Concebimos la simetría y los números pares como el orden. En muchas habitaciones tenemos un elemento central que divide la estancia en dos y que actúa como si fuera un espejo. Donde mejor se aprecia, esto es en un dormitorio de matrimonio. La cama, colocada en el centro de la habitación, la separa en dos partes iguales. Con dos mesitas de noche, una a cada lado de la cama. Con dos lamparillas, una sobre cada mesita. Con dos sillas, para colocar la ropa. Romper la simetría o colocar elementos impares, tres sillas en lugar de dos, nos da la sensación de que estamos rompiendo las normas. De que nos estamos rebelando contra los cánones estéticos establecidos. Un atrevimiento que actúa como un revulsivo para nuestro espíritu.

Estos son pequeños cambios, sencillos de ejecutar, que pueden resultarnos positivos. Pero yo pienso que para volver a ilusionarnos con nuestra casa debemos atender a aspectos más profundos. Cuestiones que tienen que ver más con la forma en la que nos relacionamos con nuestra vivienda. Factores que han de dirigir la nueva decoración de la casa.

La iluminación.

Muchos interioristas conciben la iluminación como uno de los elementos más importantes en la decoración. No les falta razón. La luz, además de ser necesaria para una función tan básica como la vista, crea ambientes.

En cuanto a este aspecto, siempre hay que darle prioridad a la luz natural. La luz que nos llega desde el exterior. El sol es una fuente de energía. Hace que crezcan las plantas. Y va a llenar de alegría el interior de nuestra vivienda.

Debemos permitir la entrada de luz solar del exterior. Abrir grandes ventanales, orientar la distribución de la casa hacia los focos de entrada de luz: terrazas, patios, balcones. No obstruir esa entrada, colocando muebles o elementos voluminosos que taponen el paso de los rallos de sol. Y potenciar su efecto, una vez que la luz entra en el interior de la vivienda.

Para ello, nada mejor que pintar las paredes de blanco o con tonos claros. El color blanco reflecta la luz. Colocar espejos en la pared opuesta por la que nos entra el sol también actúa como elemento reflectante. Aumentando la luminosidad de la estancia. Este enfoque hará que nos sintamos de mejor humor y romperá cualquier sensación claustrofóbica que nos inspire el hecho de estar encerrados entre cuatro paredes.

Para la noche, y allá donde la luz solar no llega, debemos jugar con la luz artificial. Esta luz debe cubrir nuestras necesidades y ser capaz de crear ambientes.

Hay estancias, por llamarlas de alguna manera, que son espacios de atención plena, que deben estar potentemente iluminados, aunque esa luz no nos debe deslumbrar. Me refiero, como no, a la cocina y al baño. Ahí lo importante es colocar focos de luz potentes que iluminen todo el espacio desde el techo y no dejen rincones sombreados.

Para las otras habitaciones: dormitorios, salón, etc. es interesante jugar con iluminaciones ajustables, indirectas y focales que potencien nuestra comodidad.

La comodidad.    

La comodidad es otro factor importante a la hora de planificar la decoración de nuestro hogar. En este sentido, creo que hemos evolucionado bastante. Las casas actuales están diseñadas para vivirlas, para sentirnos cómodos en su interior, y no tanto para que queden vistosas a los ojos de los visitantes.

Una casa moderna dista bastante de esas casas que decoraban nuestras madres o abuelas, en las que el salón parecía un museo preparado para impresionar a las vecinas. Hoy queremos una casa donde podamos relajarnos cuando no estamos trabajando. En la que poder desconectar, haciendo aquellas actividades que nos gustan. Y desde luego, si alguien viene a visitarnos, lo integramos en nuestro ecosistema. Compartimos con él nuestra vida, aunque sea por unas horas. Algo que es más natural que crear espacios ficticios.

A la hora de buscar comodidad no solo nos referimos a disponer de un sofá confortable, de una televisión grande o tener los mandos a distancia al alcance de la mano. También estamos hablando de cómo debe estar organizada la casa.

Es importante contar con espacios despejados, por los que podamos transitar por toda la vivienda sin tropezarnos con ningún obstáculo. Por donde circule la energía con total libertad. Cuando hablo de energía me refiero al aire para ventilar la casa o la luz que entra por las ventanas.

También tenemos que tener en cuenta que las distancias en la vivienda sean cortas. Que las estancias estén comunicadas. Que no tengamos que recorrer toda la casa por la noche para ir al baño, o atravesar largos pasillos para llevar la comida de la cocina al comedor. Todo ello, claro, sin dar la sensación de que todo está apelotonado.

Espacios funcionales.

La funcionalidad es un aspecto que ha cobrado el valor que se merece en las casas actuales. Está relacionado con la comodidad, pero va un paso más allá. Consiste en adaptar cada habitación a nuestras necesidades y a la función que le hemos atribuido. Es un detalle que potencia la personalización de los espacios. A grandes rasgos, todos hacemos cosas parecidas, pero digamos que cada uno las hacemos a su manera.

Es interesante tener una habitación para cada cosa. Nos ayuda a ordenar nuestra mente, nuestra casa y nuestra vida. Tener un rincón en casa para leer, otro para trabajar con el ordenador, otro para comer. Frente a esa tendencia caótica de que puedo comer en cualquier sitio o ver la televisión en cualquier lugar, porque tengo la casa plagada de televisores.

Una vez tenernos atribuida una función para cada sitio, debemos adaptarlo para que esas actividades puedan llevarse a cabo sin ningún problema.

La domótica, que consiste en integrar la tecnología informática en los hogares, es uno de los adelantos tecnológicos que más expectación han creado. Es lo que llamamos las casas inteligentes. Sin duda, uno de sus atractivos es que hacen que las casas sean más funcionales.

Aplicando estos consejos y enfoques en la decoración, puedes volver a enamorarte de tu hogar.

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